¿Alguna vez has sentido que el nerviosismo y la intranquilidad no te dejan en paz? ¿Alguna vez has creído que estás volviéndote loco por tener pensamientos erráticos e interminables? ¿Alguna vez has tenido miedo por lo que piensas y sientes? ¿Cuántas veces has tenido miedos inexplicables? Y, ¿qué tal el movimiento de pies y/o manos que no termina, o las conversaciones en las cuales hablas demasiado rápido y no puedes hilar ideas?
Todos esos síntomas y sensaciones me pasaban en el 2017, unos meses después del sismo que azotó a algunos estados de México el 19 de septiembre de aquel fatídico año. Todo inició cuando comencé a sentir mucho nerviosismo, intranquilidad, y un miedo a morir. ¿Te ha pasado por periodos largos de varias semanas o meses? A mí me pasó así: dos meses de interminables sensaciones de incomodidad, intranquilidad y el síntoma que fue más preocupante y alarmante para mí: taquicardia y mareos.
Como una persona que vivía de esa manera, creía que en cualquier momento podría caer desmayada y que ningún ser humano iba a poder ayudarme; creía que si quedaba sola, tirada en el pavimento, nadie me ayudaría, y ahí surgió el miedo a morir sola. ¿Tenía yo alguna evidencia de que moriría sola? No, pero el "instinto" me lo decía en ese momento de desesperación interna.
Y esa desesperación comenzó a perturbar cada uno de mis días, desde no poder salir de casa, hasta incluso tener miedo a bañarme porque venían a mí pensamientos fatales: "si salgo me voy a morir", "me voy a ahogar en la regadera", "cuando salga de bañarme, tendré que salir".
Nunca en mi vida había experimentado pensamientos o sensaciones similares, pero no podía controlarlas y creía que todos a mi alrededor notaban las preocupaciones y que incluso podían escuchar mis pensamientos, pero nadie, excepto yo, podía notarlo.
Lo único que en aquel momento se me ocurrió fue entrar al buscador de internet y escribir mis síntomas, lo que encontré me perturbó pero también me tranquilizó: ansiedad. La ansiedad se convirtió en el trastorno mental "de moda" durante la pandemia de COVID-19. Muchos factores intervinieron para que un alto porcentaje de la población mundial la padeciera, entre ellos la incertidumbre, el encierro, estar lejos de los nuestros. Pero lo que a mí me sucedió, ocurrió mucho antes, por lo cual tuve las herramientas para contener el mal durante el periodo de encierro.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un trastorno mental originado principalmente por un desajuste de serotonina en el cerebro. La serotonina es el neurotransmisor relacionado con la regulación de nuestras emociones, y el estado de ánimo, es decir: es el neurotransmisor de la felicidad, pero cumple otras tantas funciones esenciales en el ser humano como la saciedad, la temperatura corporal y el apetito sexual, entre otras.
Cuando nos encontramos ante una falta importante de esta sustancia, podemos ser propensos a diversos trastornos y como la depresión y la ansiedad, así como problemas con el hambre, el sueño, el dolor y la libido.
Durante mi paso por la ansiedad descubrí diversos métodos y técnicas para llevar una vida sin estar atada a todos esos incómodos síntomas, principalmente la falta de sueño, la taquicardia y los mareos. Uno de ellos fue la terapia cognitivo conductual, que ayuda a sobrellevar el proceso.
Pero las principales herramientas que me ayudaron a liberarme fueron la terapia y la meditación. Y fue través de la meditación pude entender que mi cuerpo necesita y necesitaba un respiro del ajetreo cotidiano. Entendí que está bien no estar bien, que es importante tomarse diez minutos al día para estar con uno mismo y sanar de la cotidianidad.
Yo sé que estarás pensando "y, ¿cómo aprendo a meditar?"; NAW JUST BREATHE tiene esa respuesta. En nuestra plataforma encontrarás expertos en el tema, que te ayudarán a introducirte en este mundo y comenzar a sanar el alma, el cuerpo y sobre todo la mente. No dejes que tu ansiedad de controle, libérate hoy. Envíanos un mensaje para conocer más acerca de nuestros planes.
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