Contarnos nuestra propia historia es muy común cuando somos niños o adolescentes, y lo hacemos a través de un diario de vivencias y ocurrencias. Los que tuvimos la oportunidad de hacerlo, tenemos de recuerdo escribir sobre nuestro día a día, y retomar algunas vivencias o bien, eliminar algunas conductas o actitudes.
El journaling es una práctica tan olvidada por casi todos, pero que necesitamos tanto, que es momento de revivirla y volver a contarnos nuestra propia historia a través de palabras y relatos de nosotros mismos y de quienes nos rodean.
Escribir un diario ha sido una de las mejores prácticas terapéuticas de todos los tiempos: abrir un cuaderno, sostener un bolígrafo y plasmar nuestros pensamientos del día nos ayuda a relajarnos, a pensar con claridad en nuestras acciones del día, y escribirnos nuestro propio libro.
El journaling puede ayudarte a canalizar tu ansiedad, escribir acerca de tus miedos y sentimientos y hacerte reflexionar. No es una tarea que se empiece sencillo, pero si la conviertes en un hábito, podrás notar algunos cambios en tu forma de actuar, pues al revisar tus propias vivencias, podrás aprender de ellas y avanzar.
A diferencia de escribir un diario, para entrar en la práctica del journaling, no debes escribir toda tu vida, sino tus inquietudes y tus pensamientos o sentimientos más profundos.
A través de esta práctica, podrás mejorar tus habilidades de comunicación, así como entender mejor tus pensamientos y poder hablar sobre ellos desde un punto de vista mucho más filosófico. Ya en el S. XIX, Heinrich Von Kleist, escritor Alemán, hablaba sobre la importancia de escribir acerca de los pensamientos y la comunicación de los mismos. Escribir tus pensamientos te ayudará a comunicarte contigo mismo y mejorar tu conexión con los demás.
¿Te has dado cuenta de que cuando te sientes con frustración, ansiedad o miedo, el escribirlo te relaja y te regala un poco de certeza? Pues el objetivo de esta práctica es completamente el de liberarte de ti mismo, es antiestrés y ayuda a reducir la ansiedad.
Empezar es muy sencillo:
Elige un lugar cómodo.
Escoge una hora del día para hacerlo.
Relájate y date de cinco a 15 minutos para plasmar tus pensamientos e ideas.
Consigue un cuaderno o libreta especial para escribir en ella.
Si inicias algo como esto, te sugerimos que lo hagas en lunes. Los lunes tienen el poder de ayudar a reiniciarnos y estimularnos a empezar una tarea nueva.
A través de esta práctica lograrás mejorar tu forma de comunicar tus pensamientos, reducirás el estrés y la ansiedad; podrás aumentar tu creatividad y lo más importante: mejorarás tu salud emocional.
Bienvenido al mundo de la salud emocional, espiritual, mental y física.
Si ya iniciaste en el mundo del journaling, cuéntanos en los comentarios, de qué manera te ha ayudado esta práctica.
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